11 mar 2010

Un texto que quiero que leas

No es así como me quieres ver - dijo una pequeña niña que atrapada en medio de un pequeño pedazo de tierra en medio del lago saltaba viendo a la luna sonriendo.
¡No es así como me quieres ver!, repitió gritando. Se detuvo y bajando la mirada hacía donde estas tú, dijo con voz muy baja - Parece que por fin lo has entendido.
Es claro que tu no entendías lo que ella decía, es claro pues tú aun no lo entiendes, de hecho, aparentas entenderla, estar leyendo esto y saber por qué sigue persiguiendo la luna con esa letal sonrisa sin poder llegar nunca a ella.

¿o es así como me quieres ver? , ¿es así como me visualizas?, ¿no soy yo la imagen más bella que jamás hayas creado?, ¿no soy, incluso, la bella visualización en la que tu y tus más inertes miedos se concentran para poder entenderme? - te murmuró mientras tu no sabías si seguir leyendo o no.

En estos momentos te preguntas lo que ella misma te dijo y justo aquí es donde entiendes el sentido de la plática y ella continua diciendote - Si es verdad que has entendido, contesta esta sencilla pregunta ¿cuál de todos tus miedos de la infancia ves en mis ojos?

Y ahora más confundido que nunca, quieres desaparecer esta página, no pensar más y no seguir leyendo, quieres seguir pero no entiendes la razón aún. Es simple, solo responde a la niña y ella sabrá guiarte hasta el final de este corto cuento.

- Soy el monstruo que en tu infancia te hizo llorar, soy el miedo que tus papas tenían al verte hacer cosas mal, soy el llanto que te hizo saborear aquel nudo en la garganta que jamás te dejó gritar. Ahora no sabes con exactitud quién soy, pues no sabes cómo representarme, no sabes qué soy, pues aun no quieres conocerme, pero sabes ahora que existo, sabes que no me conoces por no querer enfrentarme - dijo la niña sonriendo.

Dió dos pasos hacia delante saliendo del pedazo de tierra y caminando encima del agua te dejó pasar sobre ella, temeroso lo dudaste y no sabes si seguir leyendo para ver el final. Caminas dos pasos hacia delante y te das cuenta que nunca hubo agua, que ella no es una niña y que es de día. Sin embargo, al voltear hacia atrás ves todo igual que cuando comenzaste a leer.

No sabes si seguir avanzando, no sabes si el final incluso esta en este texto. A pesar de todo, das tres pasos más y te detienes al verla frente a tí, sus ojos morados te iluminan el rostro, es ella la más hermosa visión que jamás hayas tenido, es ella quien con su pelo iluminado por la noche y el día sigue arrojando aquella esencia exquisita que siempre te ha gustado oler. Ves que entre sus manos ella te indica voltear hacia arriba y cuando lo haces te das cuenta que sigues viendola a los ojos. Por donde quiera que voltees la ves a los ojos, sin que ella se mueva. Ahora te preguntas cómo es que sigues leyendo y a la vez imaginando eso. Sigues pensando en cómo podría terminar esta historia, mientras que ella repite. - ¡No es así como quieres verme!

Y tú, confundido te alejas de ella, pero te das cuenta que no puedes dejar de verla. Es así como por fin la visualizas, es decir, por fin ves tu temor más grande. Seguir viendo tu temor.

Es difícil incluso llegar a pensar que ella es algo o alguien, pero lo que ahora sabes, es que jamás la viste, jamás fue de día y jamás fue de noche, jamás existió esa agua y nunca estuviste parado frente a ella. El final de esta historia por lo tanto, jamás existirá ni existió. Deja de leer en este instante y apartate de ella.

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